sábado, 7 de octubre de 2017

LEPANTO. 446º ANIVERSARIO.


Miguel de Cervantes en Lepanto[/caption]



Batalla de Lepanto.

La Batalla de Lepanto

En 1570, los turcos toman la isla de Chipre. Su sultán amenaza con intervenir en las Alpujarras, en apoyo de los rebeldes moriscos. Han llegado hasta las mismas puertas de Viena. La situación es insostenible. Si no se les hace frente de forma decidida, terminarán por adueñarse del Mediterráneo por el sur y del resto del territorio europeo por el norte, recuperando y ampliando los “limes” del Imperio Romano.

Ante esta situación se constituye la Liga Santa, integrada por España, los Estados Pontificios, las Repúblicas de Génova y Venecia, el Ducado de Saboya y la Soberana Orden de Malta, que se enfrentan a los turcos en el Golfo de Lepanto el 7 de octubre de 1571. Es la mayor concentración de buques de guerra que hasta entonces se había enfrentado en combate a una también numerosa y bien pertrechada flota otomana.

Don Juan de Austria, el joven Generalísimo que dirige la flota de la Liga, les dirige a los soldados la siguiente arenga:
Don Juan de Austria
"Hijos, a morir hemos venido, o a vencer si el cielo lo dispone. No deis ocasión para que el enemigo os pregunte con arrogancia impía ¿Dónde está vuestro Dios? Pelead en su santo nombre, porque muertos o victoriosos, habréis de alcanzar la inmortalidad".

Tras esta arenga se aprestan al fiero combate frente al turco, que amenazaba extenderse por Europa. Es tal el efecto que no importó a los soldados padecer fiebre. Todos se aprestaron al combate, como un tal Miguel de Cervantes y Saavedra, secretario que fue del cardenal Julio Acquaviva, se incorporaron a sus puestos de combate.
Allí, un arcabuzazo de los turcos hirió a Miguel, que aunque conservó la mano, perdió ésta su funcionalidad, pasando a ser conocido como “El Manco de Lepanto”.

Eso no le impediría escribir años más tarde El Ingenioso Hidalgo Don Quijote De La Mancha” y describir esta batalla como "la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros" Miguel de Cervantes y Saavedra
una de las obras señeras de nuestra literatura, “
Tras la batalla, el poderío otomano entra en declive, del que tardará algún tiempo en salir, asegurándose la navegación comercial por el Mediterráneo, lo que sin embargo no impedirá que se produzcan actos de piratería, por parte tanto de turcos como de berberiscos, como los que llevarían al joven Miguel a dar con sus huesos en una mazmorra de Argel, como cautivo.
Hoy, 445 años después, ¿cuál es la situación?
Esa misma área geográfica vuelve a estar inmersa en un conflicto, ahora más facetado.
Fuerzas de la OTAN (¿Una organización dominada por la masonería puede ser la nueva Liga Santa?), de la que indebidamente forma parte Turquía, como acaba de ponerse de manifiesto en el conflicto sirio, están acantonadas en la zona, en torno a la base de Larnaka (Chipre). Enfrente, Rusia, que desde su base naval de Tartus en territorio de Siria, se enfrenta al nuevo Califato Terrorista Islámico, al que ha infligido ya en una semana (Después de dos años de continuos vuelos de drones norteamericanos, el CTI -al que se empeñan en llamar Estado Islámico o ISIS o DAES no había hecho sino extenderse por toda Siria e Irak, exterminando cristianos), serias derrotas, hasta el punto de que han abandonado esta organización terrorista musulmana no menos de 800 miembros, además de haberles cortado las vías de suministro de armas, víveres y dinero que a cambio de petróleo nutre al Califato.
Aunque ello suponga apoyar a Bassar El Assad, el legítimo presidente de Siria, frente a otras facciones rebeles armadas por occidente para imponer un nuevo mandatario, títere del Nuevo Orden Mundial que se gobierna desde las covachas de los Rothschild, los Rockefeller, el Club Bilderberg, la Trilateral y afines, rectores del NOM.

Musulmanas (Biobombas demográficas), pasean por Malmöe.
Por tierra, los turcos que fueron detenidos a las puertas de Viena han llegado hoy transmutados en afganos, sirios, pakistaníes, palestinos, berberiscos y otras etnias de religión musulmana, han llegado hasta la tumba de Hamlet en Dinamarca, hasta los mismísimos jardines de la reina Cristina de Suecia, hasta los Campos Elíseos, hasta Alexanderplatz, hasta Picadilly Circus y Hide Park, donde
sus biobombas demográficas, vestidas de yihab o burka, arrasarán a los europeos, con el apoyo de éstos, que acudieron exaltados a recibir las últimas oleadas invasoras a la estación de Munich con pancartas como la que culmina la cueva de la bruja Carmena en que se ha convertido el Palacio de Telecomunicaciones en la mismísima plaza de Cibeles.
- ¿Quién está interesado en nuestra destrucción como sociedad?
Delenda est Europa.
Quasimodo Wolfson
N.B.: Reedición del anterior, para recuerdo y conmemoración.
Para ampliar sobre el alcance de la batalla en su época, hay enlaces en el título y en la foto superior.